Al inicio, la captación de los niños se realizaba mediante salidas de calle, en la Plaza San Martín y otros lugares de concentración de niños de la calle. Poco a poco, se ha abandonado esta práctica, a medida que CIMA iba creciendo.
A la fecha es la comunicación boca a boca la que funciona. Los niños y sus familias se enteran de CIMA por amigos, vecinos u organizaciones, parroquia, otros hogares, defensorías municipales del niño y del adolescente* que les orientan hacia el hogar.
Generalmente, son las madres, padres, u otros familiares quienes traen a los niños.
De manera excepcional algunos niños vienen por su propia iniciativa.
El proceso de rehabilitación del niño no abarca etapas formales con tiempo definido. Al contrario, el proceso se adapta a las necesidades de cada niño; dándose una atención personalizada.
La primera etapa del ingreso del niño en CIMA consiste en una entrevista de evaluación psicosocial a cargo de el psicólogo/a, el trabajador /a social y la enfermera, con el fin de hacer un primer diagnóstico de la situación del niño y averiguar si CIMA representa la institución más adecuada para recibir al niño, en función de la naturaleza de sus problemas. Por su lado, el niño debe mostrarse consciente de sus problemas y expresar su voluntad de cambio. También se pide la autorización escrita y firmada de la familia o de la persona de contacto que trajo al niño.Una ficha provisional de ingreso con las razones del ingreso, la descripción física del niño y las observaciones del psicólogo/a, del trabajador/a social y de la enfermera está entregada al coordinador quién coloca al niño en un pabellón según su edad y la naturaleza de sus problemas. Luego se hará un diagnostico más profundo de la situación del niño por parte del equipo de CIMA.